lunes, 18 de julio de 2011

La huida | Ficciones sobre la Guerra Civil Española


Yo no sabía que aquello era una huida. Que las mujeres y los hombres mayores lloraban de pena, de hambre y no de alegría de contemplar aquel inmenso oceano que mecía al Winnipeg.
La noche que zarpamos desde Francia, un hombre alto, gordo y con una gorra de capitán, alzó la voz y todos nos abrazamos.
Navegamos casi un mes y parecía que nuestra vida acababa en las olas. El 2 de septiembre, llegamos al puerto de Valparaíso y cuando pisamos tierra, a mi padre le temblaron las piernas. Una niña se acercó con una taza de té y un trozo de pan. A mi me ofreció una muñeca despeinada y sin ropa. Fue el regalo más hermoso que nunca nadie me hizo.


Fotografía: http://www.elpais.com/recorte/20090912elpepucul_1/LCO340/Ies/Ninos_Winnipeg.jpg

No hay comentarios: